Informatica
Aprenderemos de la historia tecnologica y los avances en sus diferentes edades
miércoles, 5 de diciembre de 2012
La Edad Media
La Edad Media transcurrió aproximadamente entre el 400 y 1500, entre la caída del imperio romano y el Renacimiento. En este periodo de aparente paro tecnológico se produjeron avances significativos, donde, además, se manifestaron actividades de importancia en áreas del arte, religión, literatura, filosofía, etc., gracias al surgimiento de las culturas islámica y bizantina. Concreta mente la parte islámica hizo numerosas contribuciones científicas muy valoradas más tarde durante el Renacimiento.
La tecnología del transporte durante la Edad Media contó con algunas innovaciones de gran importancia. La navegación marítima fue quizá el campo más trascendente, en principio con el desarrollo de la quilla y la introducción de la vela latina triangular, que permitía a la embarcación realizar las maniobras más fácilmente con respecto a otros tipos de vela, como las cuadradas.
La introducción de la aguja magnética alrededor del Siglo XIII fue un punto de inflexión en la forma de navegar, que era hasta entonces eminentemente costera, convirtiendo las embarcaciones a vela en los medios de transporte más complejos de todos los conocidos hasta entonces. De hecho, esta complejidad propició la creación de escuelas de navegación, cuyo impulsor fue el príncipe Enrique de Portugal. El mayor contacto y conocimiento del mar también permitió cambios importantes en la tecnología marina.
En el campo del transporte terrestre, durante la Edad Media se realizaron algunas innovaciones que
permitieron una amplia difusión de la tecnología en diversas áreas. Particularmente, tuvo su trascendencia el coche de caballos y los elementos que permitían el enjaezado, como el árbol de varas. La herradura, aunque siendo un elemento sencillo de las caballerizas, constituyó un avance importante que mejoró notablemente las condiciones de los animales de tiro y la autonomía de los transportes. En general, el transporte de personas y mercancías cobró auge, diversificándose, y estableciéndose líneas regulares con numerosos puntos de servicio a lo largo de las rutas, como posadas, mesones.
Tecnología Moderna
Tecnología Moderna
La ciencia, la tecnología moderna investiga y descubre principios y leyes; la técnica aplica esos descubrimientos, creando bienes y productos que benefician a la sociedad en todo su conjunto. Esta inquietud científica y técnica, con sus aplicaciones, seguirá mientras el hombre continúe habitando el planeta.
En medio del crecimiento de la tecnología moderna con tantos aparatos y adelantos, tales como la calculadora de bolsillo, la primera computadora compacta, el disco compacto (CD) para almacenamiento digital de audio, la primera computadora personal, el primer libro en CD, el advenimiento avasallante del “Ancho mundo de la Internet”, los teléfonos celulares y el desarrollo de la alta Tecnologia Medica tales como los equipos de ultrasonido y las imágenes por resonancia magnética, etc. Dedicaremos este espacio para conocer mejor los beneficios que proporcionan los satélites artificiales y el comienzo de la era atómica.
Los satélites artificiales y la tecnología moderna
Al referirnos a los satélites artificiales, como parte de la tecnología moderna, y una de las más adelantadas realizaciones del intelecto humano, no podemos dejar de recordar al físico inglés Isaac Newton (1642-1727) quien en su obra señera describió perfectamente en términos matemáticos aún válidos, de qué modo el Sol y sus planetas, se atraían entre sí, formulando en esa ocasión su famosa “ley de la gravedad universal”. En base a tales leyes puede el hombre colocar en órbita los instrumentos por él lanzados en torno a la Tierra. Si en un punto que llamaremos A se imprime una velocidad de 7.900 m/s al cuerpo que se quiere convertir en satélite, su movimiento en el espacio se producirá a lo largo de una órbita que no se encuentra con la superficie terrestre.
La importancia de los satélites artificiales
Explicar todos sus usos y utilidades sería muy largo. Así que hablemos sólo de los más importantes. Ante todo, los satélites desarrollan un trabajo de observación muy útil sobre las altas capas de la atmósfera, y por lo tanto, sobre el espacio extra atmosférico. Estudian los rayos cósmicos, los micro meteoritos, etc., y preparan, de ese modo, el camino de los viajes espaciales del futuro. Para los usos terrestres hacen de puente de radio en las comunicaciones de radio y televisión. Todos habrán oído hablar del famoso Early Bird (Pájaro del Alba), el primer satélite comercial y un ejemplo de la tecnologia moderna, utilizado para las trasmisiones de los programas de televisión.
Además de las inevitables utilizaciones militares (satélites espías), los satélites artificiales se emplean también para la asistencia de la navegación, de los submarinos y de los aviones. Se habla desde hace tiempo de espejos solares orbitales capaces de facilitar energía para la desalinización del agua de mar o de observatorios de astronomía colocados por encima del inestable y opaco espesor del aire. Actualmente, los satélites con mayor tecnologia moderna, son lanzados casi exclusivamente por los Estados Unidos y por la Unión Soviética, pero existen también algunos programas europeos que ya han obtenido óptimos resultados.
La era atómica
Durante casi dos mil años, los científicos creyeron que los átomos eran pequeñísimas partículas indivisibles de las cuales se componía toda la materia. John Dalton, abriendo una inmensa brecha hacia el desarrollo de la tecnología moderna, demostró que la materia, en todos sus aspectos, está compuesta por pocos elementos. Combinando átomos de elementos distintos es posible obtener las diversas sustancias conocidas. Hasta el siglo XIX se conocía en la naturaleza sólo 92 elementos. ¡El hierro era hierro y nadie podía convertirlo en otro metal! Pero a fines del siglo algo cambió. Pierre y Marie Curie, en noviembre de 1898, descubrieron la radio-actividad y el concepto del átomo indivisible sufrió un duro golpe. El átomo era, pues, divisible y transformable. La luminiscencia observada por los Curie se debía, efectivamente, a partículas de energía emitidas por el átomo mismo. De tal modo, el átomo se consumía en una transformación de materia de energía. Era realmente un descubrimiento revolucionario y que mucho colaboraría con el desarrollo de la ciencia y la tecnología moderna.
La transformación de la materia y el poder de la energía atómica
En 1919, Ernest Rutherford (1871-1937) logró “bombardear” átomos de nitrógeno con rayos alfa. Cuando una partícula alfa golpeaba un núcleo de nitrógeno, éste se rompía liberando algunos de sus siete protones. Alguno de estos protones liberados “capturaba” un electrón transformándose en un átomo de hidrógeno. El experimento de Rutherford fue extremadamente importante. Los progresos sucesivos para la utilización de la energía atómica (importantísima dentro de la tecnologia moderna) llegaron con el descubrimiento del “neutrón”, partícula sin ninguna carga eléctrica contenida en todos los núcleos de los átomos, salvo el hidrógeno. En la combustión se produce una reacción química: los átomos de algunas sustancias se combinan entre sí para formar nuevas sustancias, pero sus núcleos permanecen inalterables. Pero cuando se rompe un núcleo atómico, la materia misma, es decir, la masa, se transforma en calor. Albert Einstein fue el primero que previó la enorme energía encerrada en el núcleo atómico. La terrible confirmación del poder de semejante energía tuvo lugar el 6 de agosto de 1945, cuando un avión americano dejó caer una bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, matando a casi 100.000 personas y destruyendo completamente la ciudad. En este caso se hizo uso de una invención de la tecnologia moderna de modo terrible y nefasto
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